En las próximas pantallas aprenderá mucho más acerca de dos de los componentes más importantes de una cámara termográfica – las lentes y el sensor.
El objetivo de una cámara termográfica es un sistema óptico que incorpora varias lentes individuales. Estas lentes definen el campo de visión en el que la cámara puede detectar la radiación infrarroja. La lente también cumple la misión de hacer llegar la cantidad adecuada de radiación infrarroja al detector (sensor).
Como ya se ha mencionado, el tipo de objetivo determina el campo de visión de la cámara termográfica. En termografía, se distingue habitualmente entre objetivo angular y teleobjetivo.
El objetivo angular de los testo 875 y 881 (32° x 23°), es particularmente adecuado para medir objetos o superficies grandes termográficamente, porque de un solo vistazo se obtiene una imagen bastante amplia.
El teleobjetivo de los testo 875 Y 881, por el contrario, tiene un campo de visión de 9° x 7° y por tanto se centra en una sección pequeña de la imagen.
Los detalles se identifican mucho mejor con un teleobjetivo. Especialmente en termografía edilicia, las imágenes térmicas se pueden tomar incluso a grandes distancias.
Como ocurre con casi todas las cámaras termográficas, las lentes de los testo 875 y 881 están fabricadas en germanio, uno de los pocos materiales que es muy permeable a (capaz de transmitir) la radiación infrarroja. No obstante, este material es muy sensible y se ralla con facilidad, por lo que las lentes se deben tratar con sumo cuidado.
La perfección gradual de los sensores también ha contribuido a la actual expansión mundial de la termografía.
La tarea del sensor en una cámara termográfica consiste en convertir la radiación térmica en señales eléctricas. Estas señales se envían a un procesador que crea una falsa imagen visible coloreada a partir de las mismas.
La tecnología de medición por infrarrojos usa un gran número de sensores con una amplia gama de características, tanto por lo que respecta a su estructura como a la evaluación electrónica de los datos.
Avance a la siguiente pantalla, hay más información acerca de sensores escáner y sensores FPA (focal plane arrays - matrices de plano focal).
Al contrario que el chip CCD (charge coupled device - dispositivo de carga acoplada) de una cámara digital, una cámara por escáner solo dispone de un detector individual.
Por tanto, el sensor consiste en un único punto, p.ej. un fotodiodo, y no un área.
En la cámara, un espejo vertical y uno horizontal rotan sobre sus propios ejes, movimiento coodinado de tal manera que cada píxel de la imágen se dirige finalmente hacia el detector individual.
Este detector convierte la radiación recibida en señales eléctricas, que son recreadas en una imágen visual por el resto de la electrónica.
El principal inconveniente de las cámaras por escáner, aparte de tener que refrigerarse frecuentemente con nitrógeno líquido, es que la captura de la imagen supone un período de tiempo relativamente largo.
Debido a que algunas cámaras tardan hasta un segundo en "escanear" el objeto, algunos de estos en movimiento pueden producir distorsiones o imágenes desenfocadas.
La gran ventaja de las cámaras por escáner es su extremadamente elevada exactitud relativa, porque entre cada píxel individual hay diferencias de temperatura muy bajas.
Al día de hoy, el sensor más comun entre las cámaras termográficas es el FPA (focal plane array - matriz de plano focal).
La notoriedad de las cámaras con sensores FPA se debe sobre todo a que su exactitud aumenta emulando la exactitud de las cámaras por escáner.
Un FPA tiene una estructura compleja y a menudo exprime la electrónica asociada al límite. Para expresarlo con sencillez, un FPA es un chip de silicio con una fina capa adicional.
Esta capa fina también se conoce como la matriz microbolométrica y se subdivide en filas y columnas, lo que significa que los testo 875 y 881 disponen de 19,200 microceldas (160 x 120 píxeles). Un FPA es una matriz detectora bidimensional y por tanto un sensor de área.
Cada una de las 19,200 microceldas representa un bolómetro independiente; un bolómetro tiene la propiedad de generar una señal eléctrica mediante cambios de resistencia, según el nivel de radiación infrarroja recogida.
Esta señal se envía a la electrónica, donde se crea una imagen virtual coloreada de 160 x 120.
Con un FPA se pueden tomar varias termografías por segundo, lo que supone una tasa de refresco de la imágen de 9 Hz para el testo 875 y 33 Hz para el testo 881.
Otra de las ventajas importantes del FPA es que se puede utilizar sin problemas en temperaturas inferiores a la temperatura ambiente en interiores.